domingo, 21 de octubre de 2012

Lamento haber visto Street Fighter: La Leyenda

Bolgor analiza...


Parecía casi imposible reunir en una sola película semejante montón de mierda, pero un director de impronunciable nombre (Andrej Bartkowiak) lo consiguió, uniendo esfuerzos con guionistas en proceso de desintoxicación y una decadente empresa de efectos especiales cutres especializada en planos de breve duración retocados con After Effects por un simio víctima de un agudo retraso mental.
El resultado fue un aberrante cúmulo de despropósitos llamado "Street Fighter: La Leyenda (de Chun Li)", película que para desgracia de Capcom pasó los controles pertinentes hasta llegar a nuestros cines y hogares. Me gustaría saber quién o qué da el visto bueno al estreno comercial de esta clase de infra-producciones.
En fin, que intentando aprovechar el tirón de la saga de videojuegos Street Fighter, un grupo de personas ideó este bodrio con la esperanza de crear un filme decente sobre la luchadora de las mallas apretadas, Chun-Li, aunque fracasando miserablemente en dicho intento. Trataré de explicar las razones por las cuales este equipo de seres presuntamente humanos hundió todavía más en la mierda la reputación cinematográfica de los personajes de Capcom.
Tetas y culos, imprescindibles.
Empezando por el guión, el panorama ya se presenta triste: Bison (Vega en Japón), un malvado especulador y empresario sádico en sus ratos libres (versión encabronada de Paco el Pocero) pretende destruir unos suburbios tailandeses con la idea de construir en el lugar que ahora ocupan un complejo de edificios más molones. El problemilla es que esos suburbios están habitados por las buenas gentes pobres de Bangkok, un numeroso grupo de inconformistas harapientos que no quieren marcharse.
Por motivos todavía no esclarecidos, Bison secuestró hace años al padre de Chun Li para que le ayudase en sus planes de dominación mundial inmobiliarios, con lo que la chica se quedó un poco escocida y sedienta de venganza.
Bison rezando, o haciendo yo qué sé qué.
A partir de aquí no merece la pena explicar más, ya que lo siguiente son una serie de anodinas situaciones que solamente sirven para que comprobemos qué bien malgastan el dinero del presupuesto en secuencias carentes de gracia o sentido que no aportan nada.

Los actores hacen lo que pueden para mantener el tipo en una producción de tan bajo calibre, exceptuando a Neal McDonough, quien ya no puede caer más bajo en su deprimente carrera, interpretando a un Bison que ni está cachas ni nada, tragando mierda por un tubo en semejante truño fílmico. Encima, meten el sonido de un rugido cada vez que aparece o golpea con su rabia de malvado, característica especialmente molesta después de tres o cuatro veces.

Kristin Kreuk da el pego como la heroína Chun Li, pero eso da igual porque no la soporto, simplemente no me gusta esta actriz, su interpretación resulta tan insulsa que podrían haberla sustituido por un perchero y nadie habría notado la diferencia.
Aviso: Kristin interpretando.
Luego está Chris Klein haciendo de un Nash (Charlie en los EE.UU.) medio calvo, quien parece ser el único que le encuentra la gracia a todo este asunto, pues durante toda la película muestra un extraño gesto de estreñimiento que delata sus ganas de echarse a reír.
También sale Michael Clarke Duncan, recientemente fallecido (tal vez de la maldición Street Fighter) haciendo del bestial boxeador Balrog (Mike Bison en Japón). Es lo mejor de la película, o mejor dicho, lo único bueno de la misma.
Zumosol con esteroides, la dieta de los campeones.
"Hola, soy Vega, el simio hispano".
Vega/Balrog, el luchador español con máscara, está personificado por un tío horripilante con cara de mono. Se supone que Balrog es tan hermoso que cubre su cara para que no se la dañen, pero lo de poner a un tipo tan desagradable en este papel es de traca. Cuando se enfrenta a Chun Li pierde su máscara, y ante tal visión aberrante la chica le dice "No me extraña que lleves máscara, yo también ocultaría ese rostro", qué razón que tiene.

Y como no, Robin Shou haciendo de las suyas en un papel a su medida (es decir, una puta mierda), como el anciano y sabio Gen, quien cuida y adiestra a Chun Li, pero no se la folla, cosa que al menos hubiese dado cierta vida a la película. Este actor experto en Artes Marciales ya demostró sus inmensas habilidades en Mortal Kombat (1995), su funesta secuela Mortal Kombat: Aniquilación (1997) y la más reciente aunque no por ello menos cutre Dead or Alive (2006), todas ellas productos de calidad dudosa que han ayudado a sepultar la casposa emergente carrera de este actor.

Nash, siempre vigilante.
La mejor forma de librarte de cuatro tíos armados.

¿Qué decir de la banda sonora? Bastante pasable, realizada por el competente Stephen Endelman, pero con canciones raperas metidas con calzador entre tema y tema... Alguien ya debe estar pagando por ello.

Si tuviera que hablar de los escasos efectos especiales (los cuales harían pasar vergüenza al mismísimo Uwe Boll) necesitaría escribir una tesis sobre cómo hacerle la competencia a la IL&M con conocimientos básicos de After Effects y una desgana que mata, pero creo que me voy a saltar este paso para no ofender al chimpancé retrasado especial encargado del departamento de SFX.
"¡Psycho crusher...!"
A pesar de mis nobles intenciones, debo hacer mención especial al ataque final de Chun Li contra Bison, que en lugar de ser representado con todo un despliegue de efectos visuales de alto nivel y complejidad, como hubiese sido lógico (aunque ya lo dudaba a estas alturas de la película), nos decepciona terriblemente, dejando en su lugar una vulgar animación mezquina como ella sola de lo casposa que es. De verdad que hay que verlo para creerlo. Vedlo.

¿Y Ryu y Ken...? ¿Es que no salen en la película? Pues no, toca joderse. Aunque al final de la misma se hace mención a una joven promesa japonesa de la lucha llamada Ryu no-sé-qué, a la vez que dejan el camino abierto para una posible secuela. Terror.
Amenazante secuela.
Para terminar con el descuartizamiento solamente quiero dejar claro que en esta ocasión el gran público ha hecho justicia con este filme, olvidándolo en lo más profundo del pozo de inmundicias de la historia del cine, que es donde debe permanecer para siempre.


Por su extrema cutrez y crímenes contra la humanidad, le otorgo una puntuación de cuatro inodoros (de un máximo de cinco):

Bolgómetro:= Defecación diarreica.


* Ficha en IMDB.
* Ficha en FilmAffinity.
* Ficha en CinEOL.
* Ficha en Rotten Tomatoes.

2 comentarios:

  1. mmmm.... ya veo que la película es de tus favoritas eh! XD por cierto... 'Vega' es el cantante de los Black Eyed Peas, lamentable...

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    Respuestas
    1. ¡Ja ja ja, sí, es de mis preferidas, la vería de nuevo...!
      Gracias por el dato, no volveré a escuchar a ese grupo jamás en venganza por lo de su cantante.

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