jueves, 5 de julio de 2012

Mass Effect

Es uno de los videojuegos (contando sus secuelas) que más me ha gustado dentro de la última década, por eso me decido a analizar de la forma más amena posible el argumento y desarrollo de esta saga de BioWare. Procuraré ser prudente y no desvelar partes argumentales sensibles, eso que los americanos llaman "spoilers".



Mass Effect es una serie de videojuegos Action-RPG (o sea, Rol de acción) producidos por BioWare, inicialmente para la videoconsola Xbox 360 de Microsoft. Tienen una ambientación de Ciencia Ficción de finales del Siglo XXII, donde los seres humanos conviven con multitud de especies alienígenas inteligentes (unas más que otras) en una galaxia repleta de conflictos y sexualidad promiscua eeh, alternativa.
Un buen ejemplo de esto último son las Asari, que a pesar de ser todas hembras pueden reproducirse entre ellas. Incluso pueden reproducirse con miembros de cualquier especie y sexo (no sé si esto cuenta para los Elcor o los Hanar, pero sería interesante y divertido comprobarlo). De cualquier forma, una Asari embarazada siempre dará a luz a otra Asari, nada de extraños híbridos aquí.

"Hola, soy una Asari, ¿jugamos a los médicos?"

Es en este contexto donde hace aparición el comandante Shepard, un hombre (o mujer, si así lo eliges) que las ha pasado putas y ha vivido para contarlo, solo para que la Alianza terrestre le meta de cabeza en una interminable cadena de más putadas arriesgadas misiones (aquí siempre llueve sobre mojado).
Shepard no es un tipo alegre, pero los tiene bien puestos.
Su versión femenina tampoco es la alegría de la huerta.



Mass Effect

La historia comienza de forma sencilla en un entorno complejo: Hace ya casi 30 años desde que los humanos salieron del sistema solar y comenzaron su exploración del universo, entablando un conflicto bélico con los turianos (unos alienígenas bastante militarizados con cierto parecido facial con Mickey Rourke). Dicho conflicto, conocido como La Guerra Del Primer Contacto, duró tres meses y terminó gracias a la intervención del Consejo de la Ciudadela. Sin embargo, los lógicos recelos entre ambas especies siguen patentes en todos los ámbitos.

El comienzo del juego.



Ahora, Shepard, la persona protagonista, contempla el cosmos desde una ventana de la Normandía, la nave más avanzada de la galaxia, construida mediante la fusión de tecnología humana y (como para hacer las paces) turiana. Lo mejor de lo mejor. Y mejor que será, con las mejoras que le compres y todo eso. Al poco Shepard queda al mando de la nave, con la que podrá viajar a todos los puntos de la galaxia a donde sea necesario. Bueno, al lío:

De charla con la tripulación.

Resulta que el orden en la galaxia se encarga de ponerlo el Consejo de la Ciudadela. La Ciudadela es una gigantesca estación espacial de 44 kilómetros de largo por casi 13 de diámetro, de origen desconocido, que ha sido okupada de forma gradual por las especies inteligentes de la galaxia (es así. Aunque en los manuales te lo expliquen de forma más romántica). En la Ciudadela manda el Consejo, una selección de tres individuos de tres especies diferentes (no, no hay ninguno humano) que toman decisiones que afectan a todas las especies, afiliadas o no. Para esos trabajillos sucios y complicados de los que el Cillit Bang no puede ocuparse, el Consejo dispone de los espectros, fuerzas especiales con derecho y acceso a todo cuyos individuos actúan en solitario (tampoco hay ninguno humano. ¡Racistas!).

¿El primer espectro humano...?

Es recomendable al menos mencionar a los proteanos, una especie alienígena extinta hace aproximadamente 50.000 años. Su tecnología era sumamente avanzada, viajaron por toda la galaxia, donde se pueden encontrar restos de su civilización por todas partes, y de pronto se esfumaron. Los motivos de su desaparición son un misterio que se atribuye a una vieja leyenda de... Mejor dejar eso para después. Mientras nosotros cazábamos brutalmente pequeños mamíferos con nuestros toscos utensilios de piedra, los proteanos surcaban el cosmos en sus gloriosas naves.

El caso es que hay un espectro renegado, Saren Arterius, un turiano para más inri, que ha decidido ir en contra del sistema matando a multitudes y destruyendo colonias a la vez que se alía con una raza de inteligencias artificiales (todo un combinado de bondad, vamos). Ahora está atacando Eden Prime, una colonia humana, con su gigantesca nave, El Soberano. Eso lo sabrán después, ya que de momento solamente han visto una señal de socorro en la que una enorme nave ataca la colonia:

Llamada de socorro desde Eden Prime - El ataque.

Un poco de acción en Eden Prime.


Pues al bueno de Shepard le encargan detener a este malvado, Saren, para lo cual ponen a su disposición dos soldados de la Alianza. Es decir, saben que el despiadado Saren es un asesino de masas con un implacable ejército de robots a sus órdenes... ¿y mandan a tres tíos con unas pistolitas, que van andando porque ni siquiera tienen transporte? Una cosa es una misión de exploración y otra muy diferente, una misión suicida.

Durante el desarrollo de la incursión, el comandante Shepard entra en contacto con un artefacto proteano que todavía funciona (después de miles de años sin mantenimiento ni servicio técnico), el cual invade su mente con imágenes de muerte, sufrimiento y destrucción, además de un aterrador mensaje: que los proteanos fueron exterminados por una especie no orgánica imparable, los Segadores, que se encarga de erradicar la vida inteligente de la galaxia en períodos de 50.000 años. O sea, que se acerca una nueva purga.

Las visiones de la baliza proteana.


La existencia entera está en grave peligro, y solo tú (siempre me ha encandilado este aspecto de los juegos de aventuras), únicamente tú y nadie más que tú puede impedir el desastre.

Toca explorar la galaxia en busca de ayuda para detener a Saren. A partir de aquí comienza la auténtica aventura.

Una de las características de Mass Effect es el poder añadir miembros a tu pelotón, o grupo de combate/exploración. Encontrarás a etas posibles incorporaciones en determinados lugares del juego, pero para convencerlos de formar parte de tu tripulación habrás de cumplir ciertas tareas para ellos, como ayudarles a salir de una estación espacial, reunir pruebas en un caso que intentan ganar, liberarles de una trampa, etc.

Puedes reclutar a estos extraterrestres para tu tripulación. En serio.

Como en las fases de acción solo puedes acompañar a Shepard de dos aliados, tienes que elegirlos antes de salir de la nave. Si solo tienes dos no hay problema, pero en cuanto avances un poco en la aventura, más compañeros se unirán a tus filas, con lo que habrás de sopesar cuáles de ellos serán más útiles en cada misión, teniendo en cuenta sus habilidades de combate, tecnología, poderes psíquicos, etc.

Mass Effect se basa en las decisiones. Por cada decisión que toma el jugador, se añaden puntos de "virtud" o "rebeldía" al perfil del personaje, volviéndolo más bondadoso y heroico a los ojos de los demás, o por el contrario, más rudo y depravado. No es la primera vez que un sistema así aparece en un videojuego de BioWare; ya lo hicieron en Star Wars: Knights of the Old Republic o Jade Empire, por citar algunos, y también Lionhead Studios en sus Fable.
También podemos desactivar bombas, resolver puzzles, conversar con la gente, interactuar con gran cantidad de elementos... Incluso intimar/coquetear con quien queramos, siempre que las opciones de conversación lo permitan, lo cual puede llevar al desarrollo de una relación amorosa con un personaje aliado, ya sea hombre, mujer o alien (las asari no le hacen ascos a nada).

La Normandía persigue a la nave de Saren, el Soberano, allá por donde pasa, pisándole los talones y tocándole las pelotas causándole molestias siempre que puede. En dicho recorrido se encontrarán con enemigos y amigos de lo más variopinto, como una forma de vida vegetal inteligente llamada Thoriana, existente desde antes de la caída de los proteanos, o criaturas resucitadas mediante ingeniería genética por la corporación Cerberus.

La Thoriana.


Por lo que Shepard y su grupo pueden averiguar, Saren anda detrás de algo llamado "El Conducto". ¿Es un arma? ¿Una llave? ¿Antigua tecnología proteana o segadora? Lo único que saben es que deben llegar hasta ese objeto antes que el traidor o algo muy malo ocurrirá. Pero no "malo" como cuando tienes que aguantar a un niño gritón durante 20 minutos, sino "malo" en plan "esto es el fin".

La batalla final entre las naves de la Ciudadela y la flota Geth terminará provocando un dilema al que solo Shepard puede poner solución con una importante decisión que tendrá consecuencias en Mass Effect 2.



Espero sinceramente que hayáis pasado un rato entretenido leyendo este análisis apócrifo. En la próxima entrega, relataré la secuela Mass Effect 2. ¡Hasta entonces!

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