lunes, 13 de agosto de 2012

Mass Effect 2


Si todavía no os habéis recuperado de mi anterior narración del videojuego Mass Effect, preparad los esfínteres y agarráos a vuestras barbas porque aquí está el análisis de su segunda parte:

Mass Effect 2

"No esperan que sobrevivas... Demuéstrales que se equivocan".


La acción es desplazada de la amenaza Segadora hacia una nueva, aunque relacionada, que pasaré a describir más abajo.

En este juego continúa la mecánica dual de "bondad/maldad", solo que ahora además podemos interrumpir a otros personajes cuando estén hablando, para bien o para mal, lo que inclinará nuestra balanza moral aún más hacia un lado u otro.

Han pasado dos años (desconozco si son dos años humanos o galácticos) desde el final del primer Mass Effect y ha surgido un nuevo y lóbrego problema; colonias enteras humanas desaparecen sin motivo aparente, con sus edificios intactos, sin señales de lucha y sin dejar rastro.

Tu jefe piensa que es buena idea mandarte a investigar al último mundo saqueado, así que te pones en camino. Al llegar al planeta, unas grabaciones de vídeo muestran a unos seres tremendamente feos paralizando y secuestrando a toda la población. Gracias a los estudios de Grado Superior en Historia Galáctica de un miembro de tu equipo, sabes que se trata de los Recolectores, una especie alienígena de la que se sabe muy poco y de la cual se creía que tan solo existía en los mitos y leyendas más terroríficos.

Recolectores. No están planeando nada bueno.

El aspecto de los Recolectores es el de grandes seres insectoides, de grandes cabezas aplanadas y varios pares de ojos amarillentos. Su piel es muy dura, con lo que son más difíciles de matar que Connor McLeod y comparten una consciencia colectiva a modo de civilización colmena. Y encima tienen alas para ir volando de un sitio a otro. Qué bien, es como ponerle patas a un tiburón para que venga a comerte cuando a él le apetezca. Cuando menos te lo esperas acuden en grandes enjambres para destrozarte vivo, lo cual tienen muchas posibilidades de conseguir como no tengas cuidado, gracias a su potente armamento, su gran movilidad y sus ganas de secuestrarte para hacerte sólo Dios sabe qué.

De vez en cuando, durante los enfrentamiento contra los Recolectores, su líder (un Recolector pequeñajo más listo) poseerá a cualquiera de ellos para comunicarse contigo (amenazas y predicciones llenas de tristeza, principalmente) a través del cuerpo de su compatriota. Aunque revientes al mencionado huésped, eso no acabará con el jefe.

Así que, ¿cómo detener a estos seres maléficos que secuestran impunemente a poblaciones enteras sin que el ejército de la Alianza sepa ni cómo enfrentarse a ellos? Pues reuniendo un equipo de los mejores hombres, mujeres y cualquier otra clase de cosas expertos en combate, asesinatos, tecnología, poderes bióticos, etc... Dar con ellos es fácil, ya que tu jefe te pasa los informes de cada uno de esos individuos a reclutar.

Uno de los personajes. Y vaya mala leche que se gasta, la tía.

Para llegar hasta ellos tendrás que pasar por varios infiernos de lucha, tiroteos, experimentos genéticos, pruebas de valor, hostias como catedrales, (incluso me pareció ver por ahí un puzzle de Resident Evil) pero al final merecerá la pena, porque esos soldados se unirán a ti, aumentando tus posibilidades de enfrentarte a los recolectores con éxito.
Lo difícil es convencerlos para que te sean leales al 100%, ya que todos tienen asuntos pendientes, cuentas que saldar, enemigos de quienes vengarse, alguien a quien desean ayudar, un disfraz de torero en la tintorería, etc., y si quieres su apoyo incondicional, deberás llevar a cabo dichas misiones, para que vean que eres un comandante enrollado.


Una de estas misiones de reclutamiento te llevará a Omega, una gigantesca estación minera abandonada hace años reacondicionada como lugar de ocio y vivienda de contrabandistas, prostitutas y mendigos, centro de distribución de narcóticos y tráfico de armas... Por algo el juego es para mayores de 18 años. Este paraíso del bien y la rectitud es regentado (es un decir) expeditivamente por la asari Aria T'Loak, a quien siempre podrás encontrar en la zona VIP del garito Afterlife, también de su propiedad. No es mal sitio, aquí Shepard puede bailar o emborracharse cuanto quiera.

 Diversión sana en Mass Effect 2.


El Comandante Shepard y su tripulación también podrán visitar otros alegres lugares como el árido e inhóspito planeta natal de los Krogan, los bajos fondos de Illium e incluso saborear el dulce olor de los desechos humanos que abundan en una prisión de máxima seguridad.

Pero este cúmulo de sensaciones nauseabundas no distraerá a Shepard de su misión principal, y cuando esté lo suficientemente preparado/a, comenzará la fase final del juego: los preparativos para ir en busca de los recolectores.
Aunque para llegar hasta la base de los recolectores, la Normandía II tiene que atravesar el relé de masa de Omega 4, lugar del que ninguna nave ha conseguido regresar. Ante este esperanzador dato, Shepard, aconsejado por la inteligencia virtual de la nave, decide que sería una buena idea hacerse con un módulo como los que usan los recolectores para añadirlo, con la idea en mente de que eso les permitirá cruzar el relé sin problemas. Suena muy arriesgado, pero ya sabemos a estas alturas que Shepard es un tío con dos cojones quien poco teme a una decisión de esta índole, y menos aún a poner en peligro a todos sus hombres si hace falta.
Es en la misión para encontrar este artefacto cuando el equipo del comandante Shepard se queda con el culo torcido hace un terrible y traumático descubrimiento acerca de su brutal enemigo...

Como no deseo destripar más partes de la historia y es posible que también crea que ya tenéis suficiente Mass Effect por ahora, termino aquí la crónica de la segunda parte de esta saga, dejando en el aire algunas vagas preguntas... ¿Conseguirá la aguerrida tripulación de la Normandía II detener a los recolectores? ¿Qué relación tienen estos con los temibles segadores? ¿Qué clase de ligues nos esperan en esta secuela?

Nota: 8


Nos veremos en el análisis de Mass Effect 3.

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